25 may 2013

VIAJAR | 5 razones para ir a Scottsdale, Arizona (Parte 1)

1. El clima. Year round heat, para mí al menos, es perfecto. El invierno igual es invierno, no hay 25 grados, hay que usar parka, pero la temperatura nunca baja demasiado. Y el verano es bien especial, porque del calor absoluto se puede pasar rápidamente a una tormenta eléctrica, y no sé por qué, pero eso lo encuentro bacán.

2. La gente. No sé si es la comodidad gringa, el clima rico o el hecho de que yo me relacioné con pura gente que trabaja en el área de hospitality, pero nunca falta el saludo amable al cruzarse con otro en la calle, la sonrisa simpática al entrar a una tienda, las disculpas, los 'permiso' en el supermercado y así... Tal vez la gente de Scottsdale fue concebida al son de Mazapán, porque de todos los lugares que conozco de EEUU (que tampoco son tantos), esta ciudad es lejos la más amable y respetuosa.

3. La civilidad del conductor. Tiene que ver con lo anterior, pero esto es realmente destacable. Al ser una comunidad mayoritariamente jubilada (y, bueno, gringa también), encontrarse con un peatón es casi una fiesta. Y por eso mismo, los autos pueden estar en verde y uno cruzando en la mitad de una avenida, pero los conductores van a parar hasta que uno se decida a cruzar, a volver a la vereda o a comerse un sundae en la calle. Y nadie nunca te va a tocar la bocina. Lindos.


4. Los campos de golf y la naturaleza. No le hago al golf y odio a Tiger, pero los campos de golf son agradablísimos a la vista. Scottsdale está como en la mitad del desierto, pero está lleno de pasto, de palmeras, de lagunas, de patos y conejos. Yo más de una vez me sentí Blancanieves en el camino a la pega.



5. El cielo. ¿Para qué escribir?



Bonus track: ¡Mis amigos!

  






No hay comentarios.:

Janiamjoum!