18 sept 2014

Cómo la gramática incide en nuestro respeto por otros

 
El lingüista Dennis Baron de la Universidad de Illinois explica cómo una simple lección de gramática puede llevar a un choque de culturas.

Todo el mundo sabe que un sustantivo es el nombre de una persona, un lugar o una cosa. Esto es uno de esos hechos innegables de la vida diaria, un dato que rara vez nos cuestionamos, hasta que nos topamos con un caso que no calza con la forma en que solemos ver las cosas.

Eso es justamente lo que le ocurrió a un estudiante en Ohio cuando su profesor de Lenguaje decidió realizar una actividad que presentó como 'el juego de los sustantivos'. Para el profesor, el juego parecía ser un modo entretenido de quitar la fama de aburrida a la gramática. Para el estudiante, el juego implicó una crisis metafísica. Para mí, el juego dejó de manifiesto lo que ocurre cuando las culturas chocan y los niños se pierden en la tiranía de la escuela. Esas son muchas cosas para un simple juego de gramática.

Pero, bueno, así es como se juega: cada estudiante recibe un grupo de tarjetas con sustantivos escritos en ellas. Al frente de la sala, hay tres canastos, etiquetados con las palabras "persona", "lugar" y "cosa". Los estudiantes toman turnos para ir ubicando sus tarjetas en los canastos que corresponden. "Libro" va en el canasto de cosas, "ciudad" va en el canasto de lugares y "Gandhi" en el de personas.

Ganesh tenía una tarjeta que decía "caballo". Ganesh no es su verdadero nombre, a todo esto. Ese es en realidad el nombre de mi primo, así que lo usaré aquí.

Pueden suponer, por su nombre, que Ganesh es de la parte sur de Asia. En la India, donde asistía al colegio antes de venir a Ohio, Ganesh aprendió que un sustantivo nombraba personas, lugares, cosas o animales. Si hicieran este juego en la India habría cuatro canastos, y Ganesh no tendría problemas para decidir qué hacer con "caballo". Pero en Ohio, Ganesh solo tenía tres canastos, y para él no estaba claro en cuál de ellos debía poner "caballo".

En la India, la religión de Ganesh le enseñó que todas las formas de vida son partes interrelacionadas y continuas del plan universal. Así que cuando se vio enfrentado a los tres canastos, nunca se le pasó por la mente que un caballo, una criatura viviente, podría ser una cosa. Sabía que los caballos no son personas, pero también sabía que tienen más en común con las personas que con los lugares o las cosas. Al verse obligado a escoger, Ganesh puso la tarjeta en el canasto de personas.

¡Cueeec! ¡Error! Perdiste. La profesora disintió con la cabeza, y Ganesh se sentó, avergonzado, y no obtuvo la calificación mínima solo porque consideraron su esfuerzo. Este juego era calificado, y una nota mediocre para un niño de una muy exigente familia asiática es una deshonra.  Así que sus padres fueron a hablar con el profesor.

(...)

Pero volvamos a los sustantivos. Los textos escolares de gramática usualmente dividen los sustantivos en personas, lugares y cosas. Las gramáticas más avanzadas los separan en animados o inanimados, concretos o abstractos, y complican más las cosas agregando frases u oraciones completas que no son realmente sustantivos pero que funcionan como tal. Ninguno de estos sistemas menciona específicamente a los animales. En inglés, de hecho, los animales pueden fácilmente ser considerados cosas: "The dog is hungry, feed it".

Sin embargo, los animales también pueden ser personas: "Babar se convirtió en el rey de los elefantes cuando el antiguo rey se comió una seta venenosa y murió", Pueden ser incluso ideas, como el gato en Alicia en el país de las maravillas, o el monstruo del lago Ness: no son reales, por lo que deben ser ideas. Supongo que un animal en verdad no puede ser un lugar, pero estoy seguro que algún lector me acusaría de "lugarista", y me diría que sí, que puede serlo.

Pero ese no es el punto. El punto es que muchos sustantivos no caben fácilmente en un canasto. ¿Qué es el norte? ¿Es un lugar o una idea? ¿Puede existir sin el sur? Llamar sustantivo a las personas, lugares, cosas, ideas o incluso animales es una manera de ayudar a los estudiantes a reconocer sustantivos cuando se topen con ellos. No debiera ser una forma de limitar la imaginación o de categorizar cada uno de los sustantivos que nuestra mente puede inventar. Todos aquellos que estamos observando el lenguaje desde cerca, debemos ser capaces de ver que las categorías son meras sugerencias, permeables, inconclusas. Algunos profesores se sienten muy incómodos con esta falta de límites.

¿El objetivo del juego de los sustantivos es ver si los niños son capaces de reconocer sustantivos o si su visión de mundo es igual a la del profesor? ¿La educación debe organizar las cosas en categorías o debe preguntarse por qué las categorías no se condicen con la realidad? ¿La educación consiste en calificar a los alumnos en base a cómo juegan un juego? 

¿Qué les sugiero hacer a los papás de Ganesh? Que se olviden del tema, eso les sugiero. Ganesh ha reflexionado más profundamente sobre la naturaleza del lenguaje que su propio profesor. Su desempeño en el juego no evitará que entre a Harvard o a la universidad estatal de Ohio. El profesor no cambiará. La calificación no es importante. Es el pensamiento, no el sustantivo, el que cuenta. 



El texto original de esta traducción se encuentra en http://www.vocabulary.com/articles/wc/the-noun-game/ 



11 sept 2014

11 de septiembre

Nunca, en mis 32 años de vida y los 27 desde que murió mi papá, había soñado con él.
Pero hace poco tuve un sueño, en el que él y yo estábamos en la puerta de la casa de mis abuelos, y yo lo abrazaba, con mi metro-uno de estatura, y me colgaba de él llorando. Le pedía que no me dejara sola, que yo lo necesitaba, que me llevara con él.

-Nooo, pero, mi amor, si voy y vuelvo...
-¡Mentira! No me mientas, yo soy inteligente porque me parezco a ti y sé que no vas a volver.

Y me desperté llorando como no lloraba hace años.

Así que hoy no puedo evitar pensar en todas esas personas que llevan décadas soñando con volver a ver a quienes amaron, esas personas que no pudieron despedirse, ni siquiera dar una sepultura digna a su hija, a su hermano, a su marido, a su mamá. Y me dan ganas de llorar más fuerte que esa niñita colgada de la cintura del papá suplicándole que se quede.

Mi corazón está con ellos, hoy y siempre. Y, a pesar de que hay gente que celebra un día en el que se dio inicio a una historia llena de crueldad e inhumanidad y que representa una vergüenza nacional, es importante que sepan que habemos muchos acompañando a quienes nunca obtuvieron justicia. Un abrazo fraterno a todos ellos.


Janiamjoum!