A mí no se me habría ocurrido hacerle un homenaje a Bachelet después de que murieron más de 500 personas para el 27F. Aún cuando era una situación impredecible, hizo su mejor esfuerzo y no tuvo mucho tiempo de reacción, mucha gente murió.
Por suerte, nadie de mi familia, ningún amigo mío (mi prima lamentablemente sí estuvo al borde de la tragedia pero logró escapar) sufrió, pero quedaron muchas familias destrozadas, que tuvieron que enterrar a sus seres amados en circunstancias demasiado trágicas.
Habría hablado pésimo de mí centrarme en el esfuerzo de la presidenta, e intentar defenderla solo porque es del sector político con el cual me identifico. O porque sus decisiones no tuvieron repercusiones en mi vida.
¿Se imaginan el dolor que sentiría un familiar de una de las víctimas viendo cómo yo le hago homenajes a quien él considera que es el responsable de su dolor? Insisto en que son situaciones muy diferentes, por la información con la que se contaba, el número de muertos, las actitudes de las personas, etc., pero el daño, para las víctimas, es el mismo.
El problema no es solo defender a quien actuó de muy mala fe, con una soberbia increíble, cuyas consecuencias son verificables y sabidas por todo el mundo, sino además alabarlo. Alabar a quien dijo que recibía felicitaciones internacionales por su labor y que al mismo tiempo nos dejó con las cifras espantosas que tenemos hoy. Alabar a quien ocultó información y que no aceptó la ayuda de personas que conocían la enfermedad de cerca, no desde La Moneda. Alabar a quien no conoce la realidad del país al cual estaba sirviendo, a quien se burló de todas las medidas que luego hubo que tomar igual, cuando ya era demasiado tarde.
¿Se esforzó el caballero? Supongo que sí. Tanto como se esforzó Bachelet, o cualquier otro político, en cualquier otro momento crítico. ¿Se esforzó más que los médicos y los trabajadores de los hospitales públicos? Claramente no. ¿Tuvo buenos resultados? No. ¿Medimos a los políticos por su esfuerzo? Jamás. No estamos en el colegio. Hay vidas en peligro, los esfuerzos sin resultados no son suficientes.
Por favor, dejen de hacer apología a las personas que hacen tanto daño solo porque a ustedes no les afecta. Tengan un poco de respeto por las víctimas.
Por suerte, nadie de mi familia, ningún amigo mío (mi prima lamentablemente sí estuvo al borde de la tragedia pero logró escapar) sufrió, pero quedaron muchas familias destrozadas, que tuvieron que enterrar a sus seres amados en circunstancias demasiado trágicas.
Habría hablado pésimo de mí centrarme en el esfuerzo de la presidenta, e intentar defenderla solo porque es del sector político con el cual me identifico. O porque sus decisiones no tuvieron repercusiones en mi vida.
¿Se imaginan el dolor que sentiría un familiar de una de las víctimas viendo cómo yo le hago homenajes a quien él considera que es el responsable de su dolor? Insisto en que son situaciones muy diferentes, por la información con la que se contaba, el número de muertos, las actitudes de las personas, etc., pero el daño, para las víctimas, es el mismo.
El problema no es solo defender a quien actuó de muy mala fe, con una soberbia increíble, cuyas consecuencias son verificables y sabidas por todo el mundo, sino además alabarlo. Alabar a quien dijo que recibía felicitaciones internacionales por su labor y que al mismo tiempo nos dejó con las cifras espantosas que tenemos hoy. Alabar a quien ocultó información y que no aceptó la ayuda de personas que conocían la enfermedad de cerca, no desde La Moneda. Alabar a quien no conoce la realidad del país al cual estaba sirviendo, a quien se burló de todas las medidas que luego hubo que tomar igual, cuando ya era demasiado tarde.
¿Se esforzó el caballero? Supongo que sí. Tanto como se esforzó Bachelet, o cualquier otro político, en cualquier otro momento crítico. ¿Se esforzó más que los médicos y los trabajadores de los hospitales públicos? Claramente no. ¿Tuvo buenos resultados? No. ¿Medimos a los políticos por su esfuerzo? Jamás. No estamos en el colegio. Hay vidas en peligro, los esfuerzos sin resultados no son suficientes.
Por favor, dejen de hacer apología a las personas que hacen tanto daño solo porque a ustedes no les afecta. Tengan un poco de respeto por las víctimas.
